Entrevistamos a Gabriela Higashionna, autora de El gruñón arrepentido y participante del Día E de este año 2011 en Japón (donde también participó Mario Vargas Llosa).
Gaby, ¿es la primera vez que escribes cuentos para niños?
No, en realidad escribo desde siempre, solo que ahora tomo el escribir para niños como algo más serio. Antes escribía solo para mí, pero ahora que doy a conocer mis creaciones lo asumo con más responsabilidad.
¿Cómo te animaste?
Como te dije antes, escribo desde siempre solo que no me animaba a mostrar mis creaciones y es que no tenía la confianza, no sabía si iban a gustar o no. A raíz de ganar el 3er. Puesto del concurso de AMEI con La historia de don Casi (nombre real de El gruñón arrepentido) es que me decido a dar a conocer mis cuentos y luego mis rimas, con éstas últimas ahora me siento más cómoda, porque me permiten jugar con los sonidos…
¿Cuál es la temática de tus otras creaciones?
En realidad no tengo un tema específico a la hora de escribir, lo que sí trato de rescatar son valores. No es que me siente y diga hoy voy a escribir sobre esto o aquello, es solo que las ideas me llegan y poco a poco las voy afinando. Este proceso puede durar una semana o un mes… Hay veces en que me despierto con una idea y todo fluye muy fácilmente.
¿El gruñón arrepentido se basa en alguna leyenda japonesa?
No, El gruñón arrepentido lo creé mientras tomaba un taller hace muchos años, en Lima. El nombre original, como te dije, fue La historia de don Casi, pero en ese tiempo no se me ocurría presentarme a un concurso, ni nada… entonces permaneció en mi baúl junto con mis demás escritos; hasta que por algún motivo se me ocurrió presentarme al concurso de AMEI y para mi fue como que me mostraron un camino de luz, porque me permitió tener más confianza y empecé a revisar lo que tenía y a corregir; empecé a tomar talleres on line desde aquí en Japón y no he parado de escribir, ahora sobre todo rimas.
Como profesora, qué nos puedes decir sobre la importancia de la literatura en la formación de los niños y jóvenes
Bien, yo lo considero muy importante, si se empieza desde que son bebés con las canciones de cuna y se continúa como siguiente paso mostrándole libros de imágenes y se hace un hábito leerle al niño desde muy pequeño, esto le va a favorecer en su desarrollo integral. Le va a servir para su desarrollo intelectual, socio emocional, le permite desarrollar su lenguaje e incrementar su vocabulario; desarrollo de su capacidad de análisis, atención, comprensión, etc.
La literatura contribuye también al desarrollo moral del niño pues los pequeños van conociendo las conductas positivas y negativas y encuentran conductas adecuadas para moverse por la vida de un modo adecuado y feliz. En realidad podría mencionar una serie de beneficios y no termino nunca… jeje.
¿Cómo puede participar la familia en el gusto del niño por la literatura?
Primero que nada, los padres deben estar conscientes de todos los aportes y beneficios que les puede brindar a sus hijos el gusto por la lectura. Y ese gusto se da con el ejemplo, yo he visto muchos casos en los que los padres no leen y leer se da como un castigo al niño… “Hoy no ves televisión o no juegas nintendo, DS, no vas al parque, etc… ¡Te pones a leer!”
Entonces el niño cree que leer es un castigo y si ve un libro de muchas páginas, pues simplemente huye. En el mejor de los casos buscará uno que tenga ilustraciones grandes y poco, poquísimo texto.
En cambio si desde pequeño se crea el hábito de leerles todas las noches, se les lleva a eventos de cuentacuentos, a la biblioteca; solo estas tres actividades tan simples por mencionar unas cuantas; tengan por seguro que estarán creando las condiciones necesarias para que por lo menos el niño no sienta aversión y el leer le resulte algo natural y por qué no divertido, ya que son actividades que se hacer en familia.
¿Cómo definirías (o te aproximarías) a lo que se llama «literatura infantil»?
Yo definiría “literatura infantil” como creaciones literarias pensadas para el disfrute de los niños y por qué no también de los adultos. Los que escribimos para niños lo hacemos pensando en ellos, nos adentramos en su mundo y en ese proceso creativo se produce una conexión, se produce el chispazo comunicador de las emociones que harán (esperamos) que el niño vibre con la historia.