Gustos y sabores. Lo que dicen los autores sobre la lectura y los niños (y no tan niños)

h. Desde los 11 años a los catorce, nos dice Benda A. et al. (2006: 144), basándose en las ideas de Serafini M. (1997), los pequeños prefieren historias de animales, aventuras, policiales, de terror, fábulas mágicas, deporte, la vida en los diversos países del mundo y comedias. A las niñas, a partir de esos momentos y durante toda la adolescencia, les interesan además las historias de amor y amistad. Es interesante que los padres ofrezcan material para leer y compartan momentos de lectura con ellos, y siempre les pregunten sobre lo que están leyendo.

i. A partir de los doce o trece años, afirma Benda A. et al., el ingreso a la adolescencia se caracteriza por el descubrimiento y la curiosidad del mundo afectivo y ajeno, que coincide con el ejercicio del pensamiento formal, los que les permite un mayor grado de abstracción.

Las historias que atraen a los adolescentes son las que muestran o describen los sentimientos de los protagonistas, las dificultades que deben enfrentar, las relaciones entre ellos, las posibilidades de afectos y sobre todo de amistad. Por otro lado, los relatos de intriga y las novelas en los que hay que seguir cierta lógica para arribar al desenlace, como en el caso de los policiales, son muy elegidos.

También los atrae el deseo de relacionar su literatura con el mundo de los adultos. Buscan comparaciones y relaciones causales, pero establecen los nexos sin cuestionamientos claros y así suelen caer en un pensamiento asertivo y un tanto dogmático.

j. Entre los quince y dieciséis años, las preferencias son por aventuras realistas, historias de guerra, novelas históricas, historias de adolescentes de hoy. Hay una búsqueda de valores personales de identidad, gustan de la literatura con significado social; les atraen experiencias humanas extrañas, únicas que los ayuden en el pasaje a la vida adulta.

ADOLESCENCIA, CONTINUIDAD Y LAZOS CON EL MUNDO

Marc Soriano por su parte, nos recuerda que la adolescencia es la edad en que el niño empieza socializar y a sublimar sus pulsiones: «La edad en que descubre el mundo exterior y busca “su lugar bajo el sol”» (2003:54). En ese sentido, sugiere que los libros que podrían interesarles son aquellos que deberían ayudarles en esta búsqueda:

Los únicos libros que llegan a conmover al adolescente son los libros actuales en el sentido amplio del término; es decir, aquellos que le permiten situarse en su época y en su medio, que le ayudan a comprender mejor ese medio y a descubrir sus posibilidades. No tienen por qué  ser necesariamente libros contemporáneos. Un estudio sobre el Egipto de los faraones, una novela que transcurra en la época de Luis XIV, puede hacer que el lector descubra una dimensión fundamental de nuestra especie, una aspiración profunda de la humanidad.

Soriano M., asimismo, advierte que algunos de los libros que circulan «evitan cuidadosamente las cuestiones conflictivas» (2003: 60), que son precisamente las que más interesan a los docentes. Por ello sugiere que es posible despertar en los adolescentes el gusto por la lectura proponiéndoles textos con cuestiones conflictivas, que presentan como base «el espíritu de contradicción». Este elemento es muy poderoso entre los adolescentes, ya que, a menudo, no es más que una forma de afirmarse en tanto que individuo distinto, independiente y razonable.

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